Rosa de Brezo
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
Rosa de Frezo
English Title:
Briar Rose
Audio File:
Duration:
6:57
Transcript:
Rosa de Brezo
Había una vez un rey y una reina, reinaban en un país muy muy lejano, y en esos tiempos era cuando existían las hadas mágicas. Ahora, este rey y reina, tenían mucho dinero y tenían demasiada ropa fina que ponerse y les sobraba que comer y beber. Ellos tenían las mejor carrozas para tomar paseos cada día, pero, aunque ellos estuvieran casados muchos años, no tenían hijos.
Un día mientras la reina estaba caminando junto al rio vio que un pobre pescadito pequeño se había aventado fuera del agua, casi muerto. Entonces la reina lo rejunto y lo puso devuelta en el agua. El pescado revivió y antes nadar, el saco la cabeza fuera del agua y dijo a la reina, “Yo se cual es tu gran deseo, y por haberme salvado la vida, se te cumplirá, – usted muy pronto tendrá una hija.”
Cuando se cumplió lo que había dicho el pescado, la reina vino a tener una pequeña, bella hija que el rey no pudo contener su emoción, que anuncio que tendrían una gran fiesta para que todos pudieran ver la belleza de su hija. Entonces mando invitaciones a sus parientes, a la gente de nobleza y sus vecinos.
Y la reina agrego, “Y tendrá hadas mágicas, ellas serán amables y buenas para nuestra hija.”
Ahora, había trece hadas mágicas en el reinado, pero el rey y la reina tenían solo doce platos de oro de donde ellas podían comer, y fueron obligados a no invitar a una de las hadas. Entonces doce hadas mágicas vinieron, cada una con un gorrito en su cabeza, y zapatillos en sus pies, y una barita mágica blanca en su mano. Cuando la fiesta se terminó, las hadas mágicas formaron un circulo y le dieron a la pequeña princesa sus mejores regalos. Una le dio nobleza, otra la belleza, otra riqueza and siguieron los regalos hasta se le dieron todas las buenas cosas del mundo.
Justo cuando la undécima hada termino de darle su bendición a la princesa, se escuchó un ruido enorme viniendo desde el patio. Era la decimotercera hada quien había llegado, con su gorrito negro en su cabeza, sus zapatillos negros en sus pies, y su escoba mágica en su mano y entro al comedero donde estaba la fiesta.
Ahora ella estaba bien molesta que no fue invitada a la fiesta, que regaño mucho al rey y la reina, y empezó con su venganza. Ella grito, “La hija del rey, cuando cumpla sus dieciocho años, será herida por un huso y caira a su muerte.”
Pero la duodécima de las amistosas hadas a todavía no le había dado su regalo a la princesa, tomo un paso para adelante y dijo que ella no podía cambiar el mal deseo, pero podía hacerlo menos grave. Entonteces, el regalo de la duodécima hada era que la princesa, cuando fuera herida por el huso, no se moriría, nomás caería un profundo sueño de cien años.
De todos modos, el Rey deseaba salvar a su querida hija de toda la maldad, que ordeno que todos los husos de los reinados serian recolectados y quemados. Mientras entonces, todos los regalos y deseos de las once hadas mágicas se cumplieron, porque la princesa creció bella, con buenos modales, muy amable y sabia, que todos que la conocían la querían.
Paso que el día que la princesa cumplió sus dieciocho años, el rey y la reina no estaban en casa y la princesa estaba sola en el palacio. Ella empezó a rondar el palacio y empezó a meterse a todas la recamaras y habitaciones, hasta que llego a una torre vieja, la cual los escalones estaban angostos y terminaron enfrente de una puerta.
En la puerta había una llave de oro, y cuando la princesa le dio vuelta a la llave, la puerta se abrió inmediatamente, y allí en el cuarto pequeño, sentada en una silla estaba una vieja anciana, hilando. “Buen día, señora,” dijo la Princesa. “Que es eso lo que está haciendo aquí.”
“Hilando,” dijo la anciana, y siguió con su trabajo hilando.
“Qué bonito da vuelta esta cosa,” dijo la princesa, y tomo el huso e intento hilar como la anciana. Pero lo toco por menos de un momento cuando la profecía del hada de magia se cumplió y la princesa cayó al piso sin vida.
Pero, ella no estaba muerta, solo había caído en un sueño profundo, y el rey y la reina quien acababan de llegar al palacio, también cayeron en el sueño profundo. los caballos y los perros de la corte también cayeron dormidos y toda la gente que vivía entre las paredes del reinado terminaron en un sueño profundo.
Hasta la lumbre de la chimenea se apago y se puso a dormir.
Un enorme seto de espinas creció alrededor del palacio, y cada año que pasaba se ponía mas y más, hasta que el palacio estaba rodeado y escondido, que ni el techo o las chimeneas se podían ver.
Pero corrió rumor por todo el país de la bella Rosa de Brezo (el nombre de la princesa), que, de tiempo a tiempo, varios hijos del rey vinieron e intentaban entrar al palacio. Esto, sin embargo, ninguno pudo hacer, porque las espinas y arbusto se aferraban a ellos, y se pegaban.
Después de muchos, muchos años, llego el hijo de un rey de un palacio muy lejano. Un hombre viejo le conto el cuento sobre los arbustos de espinas, y el palacio detrás de las espinas y de la hermosa princesa llamada Rosa de Brezo donde dormía.
Ahora el siguiente día los cien años se cumplirían. Y el príncipe llego al palacio, y en vez de arbustos de espinas, encontró arbustos de flores, por las cual el pudo atravesar fácilmente. Al fin pudo entrar al palacio, y encontró que lo perros estaban dormidos, y los pájaros con las cabezas debajo de sus alas, y toda la gente dentro del palacio dormida.
Pero el siguió investigando, hasta que encontró el pasillo con los escalones angostos. El abrió la puerta, y encontró a la bella Rosa de Brezo recostada. Ella se miraba tan bella que no le podía quitar los ojos de encima. Entonces el se acerco y le dio un beso en la frente.
En el momento que Rosa de Brezo abrió los ojos, y despertó, ella le sonrió al príncipe. Pronto todos, personas y animales, despertaron del sueño profundo. Los caballos se sacudieron y los perros saltaban y ladraban.
Paso un año, el príncipe y la princesa Rosa de Brezo se casaron, y tuvieron una gran boda, y vivieron felizmente todas sus vidas.