El Chacal y el Manatial
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
El Chacal y el Manatial
English Title:
The Jackal and the Spring
Audio File:
Duration:
6:14
Transcript:
El Chacal y el Manantial
Había una vez en un tiempo cuando todos los ríos estaban secos que los animales no sabían como conseguir agua. Después de una búsqueda larga, ellos encontraron un pequeño pozo, por lo cual tenían que escarbar profundamente para conseguir esa cantidad de agua.
Entonces todos los animales dijeron unos a los otros, “Tenemos que escarbar y no moriremos de sed.” Todos estuvieron de acuerdo excepto por el Chacal, que detestaba cualquier tipo de labor manual, y siempre conseguía alguien que hiciera el trabajo por él.
Cuando terminaron, los animales hicieron junta para decidir quién entre ellos sería el guardián del manantial, para que de esta manera el chacal no se arrimara a él, y dijeron, “el no ayudo con el trabajo, así que él no podrá beber del manantial.”
Después de una larga discusión fue decidido que el conejo sería el guardián, mientras todos los demás animales se fueron a sus casas.
Cuando todos los animales estaban fuera de vista, se arrimó el chacal.
“Buenos días, Conejito, buenos días,” dijo el chacal.
Y el conejito amablemente le contesto, “Buenos días.”
El Chacal se desamarro la bolsa que venia cargando, y de ella saco un pedazo de panal, que se empezó a comer y volteando hacia el conejito dijo, “Como veras, conejito, no tengo sed, y esto es mejor que el agua.”
“Me das poquito para probar?” le pregunto el Conejito, y entonces el Chacal le dio un pedazo al conejito.
“Oh, que rico es,” exclamo el conejito, “dame un poquito más, amigo.”
Pero el Chacal contesto, “Si quieres que te dé un poquito más, tengo que atarte tus garras, y tendrás que acostarte en tu espalda.”
Así que entonces el conejito hizo lo que el Chacal le pidió, y cuando estaba atado y acostado en su espalda, el Chacal corrió al manantial y bebió toda el agua que quiso. Cuando termino se fue a su guarida.
Por la tarde, cuando regresaron todos los animales, y vieron al conejito con sus patitas atadas, le dijeron a él, “Conejito como es que dejaste que te hicieran esto.”
“Fue culpa del chacal,” dijo el conejito cuando lo desataron, “el me amaro de esta manera y me dijo que me daría algo rico que comer. Pero todo fue un truco para poder tomar de nuestra agua.”
“Conejo, como pudieste dejar que el chacal tomara de nuestra agua cuando no ayudo a escarbar. ¿Ahora, quien será nuestro siguiente guardián? ¡Debemos tener alguien más afilado que tú!”
“Yo seré el guardián!” Grito el liebre.
La siguiente mañana todos los animales se fueron hacer sus propias cosas, dejando al pequeño liebre que cuidara el manantial. Cuando ninguno de los otros animales estaba de vista y nomas estaba el liebre, el Chacal se le acerco.
“Buenos días pequeño liebre, buenos días. ¿“Me podías dar un poquito de agua?”
“Disculpa, pero no puedo,” le contesto el Liebre.
El Chacal, entonces fue y se sentó junto al Liebre. Se desamarro la pequeña bolsa que traía, y de ella saco un trozo de panal. Se lambio los labios y exclamo, “pequeño Liebre, ¡si tú supieras que delicioso sabe esto!”
“Pero que es,” le pregunto el Liebre.
“Es algo que hace humedecer la garganta tan deliciosamente,” le contesto el Chacal, “Después de que me haiga comido esto, no me sentiré con sed, mientras tu y los otros animales estarán siempre tomando agua.”
“Compárteme un poquito,” le pidió el Liebre.
“No tan rápido,” le dijo el Chacal. “Si en verdad deseas disfrutar lo que vas a comer, entonces tienes que tener las manos atadas atrás de tu espalda y estar acostado en tu espalda.”
“Las puedes atar, solo seas rápido,” dijo el pequeño Liebre, y cuando el Chacal le ato las garras y lo puso de espalda, el Chacal fue calladitamente al manantial y bebió toda el agua que quiso. Cuando termino regreso a su guarida.
Por la tarde, cuando todos los animales regresaron, y vieron que el pequeña liebre estaba acostado de espalda con las garras atadas, los animales le dijeron al liebre: “Pequeño Liebre, como pudiste dejar que te hicieran esto? ¿Que no presumías de lo listo que eras? Ahora mira cuanto poco queda de agua para los demás.”
“Pero si es culpa del Chacal,” respondió el Liebre. “El me dijo que me daría algo rico que comer si solo dejaba que me atara las garras detrás de la espalda.”
¿Luego los animales dijeron, “Ahora quien será nuestro guardián?”
El pantera contesto, “Dejen que sea la tortuga nuestro guardia.”
La siguiente mañana todos los animales se fueron por su lado, dejando la tortuga que cuidara el manantial. Cuando todos los animales se fueron de vista, el Chacal regreso. “Buen día, tortuga, buen día.”
Pero la tortuga no le prestó atención.
Luego el Chacal se dijo a sí mismo, “Bueno, hoy, solo tendré que batallar con un tonto mas grande que el anterior. Lo petare para un lado, y luego tomare un trago.”
Entonces el Chacal se le acerco a la tortuga y lo llamo en una voz baja. “Tortuga, Tortuga,” y cuando la tortuga no le prestó atención, el Chacal le dio una patada. Luego el Chacal se acercó para beber agua y apenas sus labios tocaron el agua cuando la Tortuga lo agarro por la pata.
El Chacal pego grito, “Me quebraras la pata,” pero la tortuga lo sujeto con más fuerza. El Chacal tomo su bolso e intento que la tortuga oliera el panal que tenia dentro. Pero la Tortuga volteo su cabeza y no olio nada. Al fin el Chacal le dijo a la Tortuga, “Te daré mi bolso y todo lo que contiene,” pero la única respuesta que le dio la Tortuga fue sujetarlo de la pierna mas fuerte.
Así estaban las cosas cuando los otros animales regresaron. El momento que los vio, el Chacal dio un jalón fuerte de su pierna y pudo liberarse del Tortuga, y corrió lo más rápido que pudieron llevarlo sus patas.
Mientras los otros animales le dijeron a la tortuga, “Bien echo Tortuga. Has demostrado tu valentía, ahora podemos beber de nuestro poso en paz. Le diste su merecido al Chacal.”