El Burro y Su Sombra
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
El Burro y Su Sombra
English Title:
The Burro and His Shadow
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Duration:
3:45
Transcript:
El Burro Y Su Sombra
Una vez, hace muchos años, había un hombre que necesitaba ir a una ciudad lejos de su casa.
Era comerciante y tenía que comprar telas para luego venderlas en su propia tienda. Debido a que había mucha distancia y el viaje duraba varias horas, decidió alquilar un burro para ir cómodamente sentado.
Contrató los servicios de un hombre, que se comprometió a llevarlo en el lomo de un burro, de limpio pelaje y color ceniza, a cambio de cinco monedas de plata. El burrito, ya estaba acostumbrado a recorrer los caminos de piedras y arena llevando pasajeros y cargas bastante pesadas.
Al amanecer partieron hacia su destino y todo iba bien hasta que, al mediodía, el sol comenzó a calentar. El verano era implacable por aquellos lugares donde sólo se veían llanuras desérticas, ningún árbol a la vista.
Era tanto el calor, que el pasajero y el dueño del burro se vieron obligados a parar a descansar. Tenían que protegerse del caliente sol y la única solución era refugiarse bajo la sombra del animal.
El problema fue que sólo había sitio para uno de los dos debajo de la panza del burro, que, sin moverse, permanecía obediente parado sobre sus cuatro patas. Agotados, sedientos y bañados en sudor, comenzaron a discutir violentamente.
– ¡Si alguien tiene que protegerse del sol debajo del burro, soy yo! – manifestó el viajero.
– ¡Para nada! Ese privilegio me corresponde a mí – opinó el dueño subiendo el tono de voz.
– ¡Yo lo he alquilado y tengo todo el derecho, por eso te pagué cinco monedas de plata!
– ¡Tú lo has dicho! Has alquilado el derecho a viajar en él, pero no su sombra, así que como este animal es mío, soy yo quien se tumbará debajo de su panza a descansar un rato.
– ¡No entiendes! ¡Yo alquilé al burro con sombra incluida!
Los dos hombres se gritaban el uno al otro enfurecidos. Ninguno quería dar su brazo a torcer. De las palabras pasaron a los golpes y empezaron a volar los puñetazos entre ellos.
El burro se asustó por los golpes y los gritos, y se echó a correr sin que los hombres se dieran cuenta. Cuando la pelea acabó, y los dos estaban llenos de moratones y adoloridos. Se dieron cuenta que el burro había huido dejándolos tirados en medio de la nada, sin sombra, y tan sólo con sus pies para poder irse de allí. Sin decir ni una palabra, se miraron y retomaron el camino bajo el ardiente sol, avergonzados por su mal comportamiento.
Moraleja: recuerda que es muy feo ser egoísta y pensar sólo en ti mismo. Hay que saber compartir porque, si no, corres el riesgo de quedarte sin nada.