Pequeños Pasos Sobre el Agua
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
Pequeños Pasos Sobre el Agua
English Title:
Little Footsteps Upon the Water
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Duration:
5:14
Transcript:
Pequeños Paso Sobre El Agua
Érase una vez un niñito indio, y su nombre era Pasos sobre el agua porque podía correr tan rápido y tan suavemente.
Un día, Pequeños Pasos sobre el Agua perseguía a una ardilla, y corrió tan lejos y tan ancho que perdió de vista su hogar, y no pudo encontrar el camino de regreso. La ardilla siguió corriendo hasta que por fin llegó a un árbol hueco, y entró a esconderse. Pasos sobre el agua también entró, pero no era tan pequeño como la ardilla. Del tronco salió corriendo la ardilla, pero el niño no pudo salir. Estaba atrapado dentro del árbol hueco.
Su padre buscó al niño muchas lunas. Su madre estaba sentada en la tipi, llorando, pero Pasos sobre el agua no regresó.
Entonces el niño se acostó en el tronco, golpeó y gritó, y pensó que nadie vendría a dejarlo salir.
Pero una mañana, mientras golpeaba, oyó en el exterior una voz estridente que decía:
" Pequeños Pasos sobre el agua, ¿estás ahí? ¿Estás ahí?
Entonces, un rostro arrugado y moreno, con un fleco de flechas a modo de gorra, se asomó al extremo del tronco. Era la abuela Puercoespín que venía a ayudar al niño.
"Viajé tres días y tres noches, pequeños pasos sobre el agua, porque te oí llorar", dijo la abuela Puercoespín.
Luego rascó y rascó en el extremo del tronco, pero no pudo sacar al niño.
—Traeré a mis tres nietos —dijo la abuela Puercoespín, y se apresuró a ir al viejo árbol de cicuta donde vivían sus nietos. Los trajo consigo y todos arañaron el extremo del tronco hasta que por fin el niño pudo salir gateando.
Pasos sobre el agua guiñó un ojo y parpadeó cuando salió, pues hacía muchos días que no veía el sol. Allí, en círculo, estaban sentados la abuela Puercoespín, sus tres nietos, la viejo Osa, la Cierva y la Loba.
-¿Quién será la madre de este niño? -dijo la abuela Puercoespín-; "Soy demasiado viejo para cuidarlo".
—Yo seré su madre —dijo La Loba.
—No, tus dientes son demasiado afilados.” dijo la abuela.
—Yo seré su madre,” dijo la Cierva.
—No, siempre estás viajando. Tu marido llevaría a Pequeños pasos sobre el agua en la espalda dondequiera que fuera, y el niño no tendría hogar en invierno,” dijo la abuela Puercoespín.
-Yo seré su madre -dijo la buena Osa-; "Tengo una casa cálida en las rocas con mucho para comer en mi despensa: bayas, nueces y miel".
—Entonces tu te llevaras a Pequeños pasos sobre el agua —dijo la abuela Puercoespín—, pero asegúrate de que tus cachorros no le enseñen ningún truco brusco.
Así que Pequeños pasos sobre el agua se fue a la casa del Oso, una cueva en las rocas, con pequeñas habitaciones como una casa real. Era un buen lugar para vivir.
Durante todo el verano, el niño jugó con los cachorros. Cuando era tarde en el otoño, y los días eran cortos y oscuros, y las noches frías, Mamá Osa los arropó a todos en la cama y durmieron hasta la primavera.
Luego vino otro verano, y otros Osos se detuvieron para visitarlos, diciendo:
"Conocemos un buen huerto de bayas".
Así que se iban todos juntos a recoger fresas, moras, y grosellas. Después de un tiempo, se fueron a por castañas, y eso fue lo más divertido de todo.
Pero Mamá Osa enseñó a Pasos sobre el agua y a los cachorros a correr siempre que veían a un hombre con arco y flechas. Un día, un hombre se acercó mucho a la casa de los Osos, pero Mamá Osa lo persiguió con un palo y se fue.
Al día siguiente, el hombre volvió, justo cuando la familia empezaba a comer castañas. Mamá Osa arrojó una bolsa de plumas al hombre para que no pudiera ver, y él huyó.
Al tercer día, el hombre volvió. Mamá Osa se dirigía a la casa de un vecino con un bulto a cuestas. Persiguió al hombre con su bastón, le arrojó algunas plumas más, pero no sirvió de nada. El hombre disparó una flecha a Mamá Osa y ella cayó al suelo.
-¡Oh, buena Mamá Osa! -exclamó Pequeños pasos sobre el Agua, corriendo a ayudarla-, ¡qué hombre tan cruel para herir a mi buena Madre Osa!
Pero la flecha se había clavado en el bulto que cargaba Mamá Osa, y ella no resultó herida en absoluto. Y el hombre corrió hacia pequeños pasos sobre el agua, gritando:
"Mi pequeño niño, mi pequeño niño perdido", porque era el propio padre de Pasos sobre el agua.
Luego le dijo a Mamá Osa lo mucho que lamentaba haber tratado de lastimarla, y la invitó a ella y a todos los cachorros a visitar la tipi.
Y Pequeños Pasos sobre el Agua se fue a casa, pero nunca olvidó lo buena que había sido con él la vieja Mamá Osa.