El secreto de rio claro
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
El secreto de rio claro
English Title:
The Secret of the Clear River
Audio File:
Duration:
3:56
Transcript:
Silvia vivía en un pueblo pequeño rodeado de montañas. Le encantaba correr y jugar, pero cuando alguien le hablaba de estudiar, fruncía la nariz.
—Los libros son aburridos —decía siempre.
Su mejor amigo era Alex. A él no le gustaba preguntar mucho; solo repetía lo que escuchaba sin pensar demasiado.
Un día, mientras jugaban cerca del río, Silvia escuchó un murmullo suave.
—¿Lo oíste, Alex? —preguntó con los ojos muy abiertos.
El agua brillaba entre las piedras como si el sol hubiera caído dentro. Entonces, una voz clara salió del río.
—Bienvenidos, Silvia y Alex. Yo soy Don Río, guardián de historias.
Los niños se miraron sorprendidos.
—¿Un río que habla? —dijo Alex.
—Solo hablo con quienes me escuchan —contestó Don Río, dejando que el agua chispeara como una risa.
Silvia se atrevió a preguntar:
—¿Qué sabes tú que no sepamos nosotros?
El agua se agitó y apareció la figura de un pez de luz.
—Aprender es como este río: si se mueve, da vida. Si se detiene, se seca.
El pez nadó en círculos brillantes y desapareció. Silvia y Alex se quedaron pensativos.
Al día siguiente, volvieron con más preguntas.
—¿Por qué cambian las estaciones? —preguntó Silvia.
El río formó remolinos que dibujaban árboles perdiendo hojas, flores naciendo y nieve cayendo.
—Porque todo en la vida tiene su tiempo —dijo Don Río—. Como ustedes, que ahora crecen aprendiendo.
Silvia sonrió. Alex, en cambio, bostezó.
—Está bien, pero ¿para qué sirve saber tantas cosas? —preguntó él.
El río brilló más fuerte.
—Porque el saber se comparte. Si no lo hacen, yo me apagaré.
Entonces el agua comenzó a bajar lentamente. Silvia y Alex se asustaron.
—¡Don Río, no te seques! —exclamó Silvia.
—Solo si comparten lo aprendido volveré a fluir —susurró la voz.
SEl secreto del río claroilvia pensó un momento y luego tomó de la mano a Alex. Corrieron a la plaza del pueblo. Allí, frente a los vecinos, contaron las historias que habían escuchado. Hablaron del río que enseñaba, del pez de luz y de las estaciones que cambian.
Los adultos se sorprendieron. Los niños escucharon con los ojos brillantes. Y poco a poco, el murmullo del agua volvió a sonar detrás de las casas.
Cuando regresaron, Don Río estaba lleno y resplandeciente.
—Gracias, Silvia y Alex —dijo—. Ahora saben que el conocimiento vive cuando se comparte.
Silvia miró el agua clara y dijo:
—Creo que aprender es tan divertido como jugar.
Alex asintió con una gran sonrisa.
Y desde entonces, cada vez que un niño hacía preguntas en el pueblo, el río brillaba un poquito más.