El Perro y El Lobo (The Dog and the Wolf)
Audio Type:
story
Language:
Transliterated Title:
El Perro y El Lobo
English Title:
The Dog and the Wolf
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Duration:
5:30
Transcript:
El perro y el lobo.
En un año hubo un invierno fue de lo mas severo, frio y seco a mas no poder. Había un pobre lobo que no logro quitarse el hambre ni una sola vez. Tanto es así, que ya tenía muchos días sin comer porque no había encontrado ni un conejo, ni una liebre, ni una ardilla ni un miserable zorro dormilón, y todos los rebaños de ovejas siempre estaban bien encerrados y guardados en el corral. Total que se quedo en los huesos y a duras penas se mantenía de pie.
Un día, por ver si mejoraba su suerte, se atrevió a acercarse a una aldea de la montaña. En el camino vio pasar a un perro grande que iba olfateando a todos los rincones y hurgando entre los matorrales.
- “Con que gusto me lo comería!” pensó el lobo, - “pero, para eso, antes tendría que luchar y no estoy en condiciones. Ese perro se mira muy enorme y vigoroso”
Y si, el perro era un autentico mastin de pecho ancho y fuerte. Tenia patas gruesas y estables. Hasta, se le alcanzaban a ver unos dientes que daban miedo. Mientras que el lobo, después de estar en un estado de hambre por tiempo prolongado, no tenia ni la fuerza ni la energía necesarias para enfrentarse a tan temible enemigo. Así pues, ingeniosamente prefirió comenzar una conversación pacifica y civilizada, hiba acercándose al perro con una carita de ángel inocente, que mas bien era para comérselo.
Muy amablemente vino a decirle:
-Buenos días, querido amigo! Veo que te encuentras muy bien, dado al invierno horroroso que hemos tenido. ¡Que hermoso y lustroso estas! Señal de que no te hace falta de comer. En cambio yo, ya lo ves, por mi apariencia se nota que llevo muchos días sin probar bocado. SI no es mucho que pedir, te agradecería que me contaras como lo haces. A ver su puedo hacer lo mismo y salgo del triste aprieto en el que me encuentro.
Al perro, que era muy amable, lo halagaron, mucho las palabras del pobre lobo, y le dijo- Pues mira si quieres comer hasta hartarte haciendo lo mismo que yo, no es tan difícil como parece. Al contrario es lo mas fácil del mundo. Olvidate de esa vida de perdición que llevas en el bosque y la montaña y ven al pueblo. No te será difícil encontrar un buen amo que quiera llevarte a su casa. Te dará un buen techo y todas las sobras de la cena. Haci dejaras de andar por ahí muerto de hambre
Al lobo se le hacia la boca agua.
“Y que tendría que hacer yo a cambio?- Pregunto –“Porque tengo entendido, nadie da nada por nada.”
BAH! En resumidas cuentas, poca cosa- respondió el perro- cuidar de la casa y cuando algún mendigo o vagabundo se acerque demasiado, espantarlo ladrando y ensenando los dientes. Y si hay niños pequeños en la familia, dejar que te acaricien la espalda, que te hagan cosquillas en la cabeza o que te tiren un poco las orejas. Además, en ese caso, te caen las mejores rebanadas de comida y gozas de unos privilegios que ni te lo imaginas.
El lobo no necesitaba saber mas. Nunca se le había ocurrido que algunos animales pudiran llevar una vida tan placentera. De haberlo sabido antes…. Tal perspectiva termino de convencerlo y echo a andar al lado del perro en direccion al pueblo mas cercano, a ver si encontraba quien lo quisiera para guardar su casa. Pero entonces se fijo en que el perro, a pesar de su lustroso pelaje, tenia en el pescuezo una tira pelada.
Que te ha pasado ahí, en el pescuezo?- le pregunto muy intrigado
Oh, esa marca? Eso no es nada! Le dijo el perro sin darle importancia
Como que nada? insistió el lobo
Te digo que no es nada!
Algo ha de ser- repitió el lobo
Bueno, pues resulta, que por la noche tienen la costumbre de ponerme un collar y atarme con una cadena, para que no me mueva ni me vaya a dar una vuelta pues podría perderme. – explico el perro.
Como si fuese lo mas natural del mundo.
Que te ponen un collar y te atan con una cadena?- dijo el lobo, espantado- eso si que no me lo esperaba. Oye mira, eso de los collares y las cadenas no me convence, mejor me vuelvo al bosque, a lo alto de la montana. Prefiero vivir libre y hambriento que atado y harto.
Entonces el lobo se despidió de su nuevo amigo, regreso al bosque donde siguio buscando de comer.