La leyenda del viento del norte
Audio Type:
story
Language:
English Title:
The Legend of the North Wind
Audio File:
Duration:
5:06
Transcript:
Este cuento se llama La leyenda del Viento del Norte, escrito por Mary Catherine Judd y leído por Lorena Romero. Esta es una adaptación y grabación de LibraryCall.
Un día, el travieso Viento del Norte vio a un niño comiendo su almuerzo debajo de un árbol. Justo cuando el niño estaba a punto de morder su torta de carne asada, el Viento la sopló fuera de sus manos. El Viento del Norte se rio.
"¡Eres horrible, Viento del Norte!", gritó el niño. "¡Devuélveme mi torta! ¡Apenas le había dado dos mordidas y todavía tengo hambre!"
Es cierto que el Viento del Norte era travieso, pero también era honorable, por lo que trató de compensar el daño que había hecho.
"Toma este mantel", dijo el Viento del Norte, "Extiéndelo sobre una mesa esta noche y pide lo que quieras de comer. Tendrás toda la comida que desees".
"¡Gracias!", exclamó el muchacho. Tomó el mantel y corrió lo más rápido que pudo hacia el albergue donde iba a pasar la noche.
"Por favor, tráigame una mesa", le dijo al dueño del albergue, corriendo hacia su habitación. "¿Una mesa?", se rio el señor. "¿No quieres decir, 'Tráeme de cenar'?"
"No, solo quiero una mesa. Y rápido, por favor. Tengo hambre."
El dueño le trajo la mesa, pero tenía curiosidad, así que después de cerrar la puerta del niño, el señor miró por el ojo de la cerradura para ver qué iba a pasar.
"¡Frijoles, pan y tocino!", ordenó el chico, extendiendo el mantel. Inmediatamente, un plato humeante de frijoles, pan y tocino apareció de la ventana abierta, arrastrado dentro del cuarto por el Viento del Norte. Cuando terminó de comer, el niño se quedó dormido profundamente. Silenciosamente, el dueño del albergue entró a la habitación, agarró la mesa y el mantel y se los llevó.
A la mañana siguiente, el niño se despertó con mucha hambre, pero el mantel había desaparecido y no tenía nada para desayunar.
"Eres un tramposo, Viento del Norte. ¿Por qué me quitaste el mantel?"
“Esa no es mi tipo de travesura”, dijo el Viento del Norte. "Esta vez te daré una oveja. Cada vez que toques su lana, una pieza de oro se le caerá de la boca. Asegúrate de cuidarla bien".
El niño tomó la oveja y la llevó lentamente por las escaleras del albergue hasta su habitación. El niño tenía hambre, así que hizo lo que le dijo el Viento del Norte. Gentilmente acarició al lomo de la oveja, y una pieza de oro cayó de su boca al suelo.
"¡Gracias, Viento del Norte!", gritó el niño, y usó la moneda de oro para pagar por su desayuno y dos noches más en el albergue. Durmió profundamente esa noche, usando la oveja como almohada. Pero a la mañana tercera, cuando el niño se despertó, no había lana suave debajo de su cabeza. ¡El dueño del albergue se había llevado a la oveja!
"¿Por qué te llevaste a la oveja, Viento del Norte?", preguntó el joven. "¿Por qué te sigues burlando de mí?"
Pero el Viento del Norte no dijo nada. Simplemente puso un palo gris y extraño en una bolsa y se lo dio al niño.
"Cuida esta bolsa como si tuviera una joya adentro", dijo el Viento del Norte. Esa noche, el niño se despertó sobresaltado por gritos de ayuda. ¡Se frotó los ojos y vio que los gritos venían de su propia habitación!
El dueño del albergue estaba tratando de esquivar los golpes del palo gris, que le estaba pegando en la cabeza, los pies, la espalda y cualquier otra parte del cuerpo que podía. Más temprano, el señor había visto al niño cuidando una bolsa, y supuso que estaba llena de objetos de valor. Pero, cuando entró al cuarto a robársela, solo encontró el palo, que inmediatamente cobró vida y lo comenzó a atacar. El niño finalmente se dio cuenta de que el dueño del albergue se había estado robando los regalos del Viento del Norte.
"¡Ayúdame!", gritó el dueño.
"Devuélveme mi oveja", dijo el niño. "¡Bueno! Está escondida en el establo", dijo el señor, mientras el palo lo golpeaba en la rodilla. El niño encontró a su oveja donde le había dicho el hombre, y la sacó del albergue lo más rápido que pudo. Pero con tanta prisa para irse, al niño se olvidó ayudar al dueño. ¡Es posible que el palo todavía lo esté golpeando en este momento!
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Gracias por escuchar La leyenda del Viento del Norte, escrito por Mary Catherine Judd y leído por Lorena Romero. Esta fue una adaptación y grabación de LibraryCall.