Gigi encuentra su voz
Audio Type:
story
Language:
English Title:
Gigi Finds Her Voice
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Duration:
10:42
Transcript:
Este cuento se llama “Gigi encuentra su voz”, escrito y narrado por Lorena Romero. Esta es una grabación de LibraryCall.
El pasatiempo favorito de Gigi era cantar. Todos los días después de la escuela, corría a su cuarto, ponía su música favorita y cantaba toda la noche. Cantaba mientras hacía su tarea, durante la cena y en la ducha. Mientras dormía, Gigi soñaba con cantar frente a miles de personas, al igual que sus estrellas de pop favoritas.
El problema con su sueño de convertirse en una estrella de pop era que Gigi nunca había tenido espectadores. La única otra persona que la había escuchado cantar era su Tío Daniel, y eso era porque él fue quien le enseñó a hacerlo. Los padres de Gigi se marcharon cuando ella era pequeña, así que se fue a vivir con su tío. Cada vez que estaba triste, su tío le cantaba y ella se unía. Cantar le ayudó a superar los momentos difíciles y, con el tiempo, se convirtió en su pasatiempo favorito. Aunque eso había sucedido hace mucho tiempo, Gigi todavía le cantaba a su tío cada vez que aprendía una canción nueva, y él siempre le decía que tenía la voz más hermosa que él había oído.
Una vez, en una fiesta de cumpleaños con sus abuelos, su Tío Daniel les contó a todos lo hermosa que era la voz de Gigi. Sus abuelos lo hicieron en una gran cosa y, de repente, todos los de la fiesta se reunieron a su alrededor y le exigieron que cantara.
“¡Ándale, canta!”
Gigi sintió que se le calentaba la cara mientras la sangre se le subía a la cabeza. Sus manos se volvieron tan húmedas que podía verlas brillando con sudor. Agarró los lados de su vestido tan fuerte como pudo e intentó cantar su canción favorita, pero se le había formado un nudo en la garganta y no salió nada. Todos la miraban y esperaban. Los latidos en su pecho se hicieron más fuertes y la habitación comenzó a dar vueltas. Con miedo de desmayarse, Gigi agachó la cabeza y salió corriendo de la habitación. “¡Nunca intentaré cantar frente a nadie más!,” pensó.
Cada vez que su familia pedía escucharla cantar, sentía que ese nudo regresaba, y ella siempre negaba la cabeza. Pero cada vez que estaba sola o con su tío, su garganta estaba clara y su voz hermosa resonaba. Se enfadaba tanto consigo misma. ¿Cómo iba a ser una estrella de pop y cantar frente a miles de personas si ni siquiera podía cantarle a su propia familia?
Un día, Gigi estaba caminando a clase cuando un volante le llamó la atención.
“CONCURSO DE TALENTO- PRÓXIMA SEMANA. AUDICIONES HOY DESPUÉS DE LA ESCUELA.”
“¡Esta es mi oportunidad!”, pensó Gigi. Su sueño de cantar ante una multitud de espectadores se estaba haciendo realidad mucho más antes de lo que había imaginado.
El concurso de talentos era lo único que tuvo en la mente ese día. Pensó en cosas que podrían ayudarla a mantener la calma, para que el fiasco de la fiesta no se repitiera. Imaginó a su estrella de pop favorita cantando sin esfuerzo frente a todos. ¿Cuál era su truco? El plan de Gigi era cerrar los ojos y fingir que ella era la estrella de pop. Así todo iría como planeado, ¿no?
Cuando finalmente terminó la escuela, Gigi se sentó en el auditorio y esperó su turno para audicionar en el concurso de talentos. Una chica de su clase, Madeline, bailó un zapateo y Clay, otro compañero, tocó la guitarra. ¡Todos tenían tanto talento! Gigi rápidamente comenzó a perder su confianza. ¿Cómo iba a competir con ellos?
“La siguiente concursante es Gigi. ¡Por favor sube al escenario!” dijo el Sr. Kim, el profesor de teatro.
Gigi empezó a sentirlo de nuevo: la sangre a la cabeza y las manos sudorosas. Se acercó al micrófono y lo agarró con las manos temblando.
"Hola, Gigi". Ella escuchó la voz del Sr. Kim, pero no podía ver a nadie en el auditorio. ¡La luz del escenario era tan brillante!
“¿Qué talento nos mostrarás hoy?”, le preguntó.
"V-v-voy a c-c-cantar", contestó Gigi, tratando de ver al maestro. Las luces también estaban calientes.
"Ok Gigi, cuando estés lista".
Gigi todavía no podía ver nada. Con las piernas temblando, trató de estabilizarse y cerró los ojos. Iba a fingir que era la estrella del pop más grande del mundo. ¡Eso la haría sentir valiente! Respiró hondo, a punto de cantar la primera nota.
[Aliento]
De repente, la habitación empezó a dar vueltas y Gigi sintió el nudo familiar en la garganta. Sus ojos comenzaron a lagrimear, y supo que no había manera de que pudiera hacerlo ahora. Dejó caer el micrófono y rápidamente se bajó del escenario. Agarró su mochila y salió corriendo del auditorio.
Cuando llegó a casa, fue directamente a su cuarto y cerró la puerta. Se escondió debajo de la cobija y todas las lágrimas escaparon de sus ojos. Era tan tonta por pensar que algún día sería una estrella de pop. ¡Ni siquiera podía cantar frente a algunas pocas personas!
“¿Gigi? ¿Estás bien, mi amor?” Escuchó a su tío desde el otro lado de la puerta. “Ni siquiera saludaste cuando llegaste a la casa. ¿Qué pasó?"
Gigi salió de la cama, abrió la puerta y saltó a los brazos de su tío. Sabía que él le daría tiempo para llorar antes de hacerle más preguntas.
Después de que sus lágrimas se disiparon, Tío Daniel le preguntó: "¿Estás lista para platicar?"
Gigi le contó lo mucho que deseaba participar en el concurso de talentos y lo molesta que se sentía porque su voz había desaparecido nuevamente.
“No sé por qué estoy así”, agregó con un sollozo. “Me siento como una perdedora. Ni quiero ir a la escuela mañana”.
“Mija, mírame”. Tío Daniel le giró suavemente la cara con la mano.
“¿Recuerdas cómo cantábamos cuando estabas chiquita?”
"Sí", dijo ella.
“Tienes la voz más hermosa que he oído, pero es mucho más que eso. Eres tan fuerte aquí adentro”, dijo Tío Daniel, señalando su corazón.
“Cantar frente a algunas personas no es nada comparado con lo que has superado en tu vida. Tu voz es para mucho más que solamente cantar. Es tu fuerza, es lo que te hace la increíble persona que eres. Eres mucho más fuerte de lo que crees.”
Tío Daniel le secó las lágrimas con la mano. “Subirás a ese escenario y les mostrarás a todos lo fuerte que eres, y yo estaré ahí para verlo con mis propios ojos. Puedes hacerlo. ¡Creo en ti!"
Al día siguiente, Gigi visitó al Sr. Kim durante el almuerzo. Se disculpó por congelarse en el escenario y le preguntó si aún podía participar en el concurso de talentos. El Sr. Kim le aseguró que no tenía nada de que arrepentirse y le permitió ocupar el último espacio disponible.
Gigi se preparó todo el fin de semana. Hizo calentamientos vocales, como trinos de labios, para relajar sus cuerdas vocales, y practicó como respirar profundo para no entrar en pánico. Su tío incluso la llevó a comprar un vestido nuevo.
El fin de semana pasó volando y, antes de darse cuenta, Gigi estaba sentada en la primera fila de un auditorio lleno de gente. No podía dejar de voltear la cabeza, mirando a su tío algunas filas detrás de ella. Él tenía un ramo de flores, y cada vez que ella volteaba, él sonreía y le daba un pulgar hacia arriba.
Gigi pensó en todas las veces que su tío la había apoyado. Él era su admirador número uno, siempre asegurándole que ella era una gran cantante y que era más fuerte de lo que creía. Se sentía tan segura con su vestido bonito nuevo, y el moño que coincidía con él. Puedes hacerlo. Puedes hacerlo. Las palabras de su tío se repetían en su cabeza.
"¡Por favor, aplaudan fuerte para nuestro acto final, Gigi Rodríguez!" El Sr. Kim anunció su nombre a la multitud. Los aplausos rápidamente la sacaron de sus pensamientos.
Gigi sintió que el corazón se le iba a salir del pecho. Caminó hasta el escenario, nuevamente cegada por las luces brillantes. Agarró el micrófono y dijo:
"Hola. Mi nombre es Gigi. Y v-voy a cantar”.
Gigi respiró hondo y cerró los ojos. Cuando abrió la boca para cantar su primera nota, sintió que se le empezaba a formar aquel nudo en la garganta, que amenazaba con volver a bloquear su voz. Ella tragó saliva.
Hubo un silencio incómodo en la multitud. El auditorio daba vueltas y sus manos sudaban otra vez. Se acabó. Ya era hora de salir corriendo del escenario y transferirse a una escuela nueva.
Gigi abrió los ojos, lista para empezar a correr. Pero de alguna manera, justo en el borde de la luz brillante, vio a Tío Daniel. Estaba agarrando el ramo de flores y asintiendo con la cabeza. Todos los recuerdos de ella cantando con su tío la inundaron, y sus palabras comenzaron a hacer eco en su mente. Puedes hacerlo. Puedes hacerlo.
¡Sí podía hacerlo! Ella había superado cosas mucho más difíciles que cantar para un grupo de personas. Gigi agarró el micrófono, cerró los ojos y abrió la boca. De repente, una nota poderosa empujó más allá del nudo en su garganta. El silencio incómodo se convirtió en un silencio sorprendido cuando la voz clara y brillante de Gigi resonó en el auditorio. Gigi cantó toda la canción con sus ojos cerrados. En lugar de imaginarse a sí misma como una estrella de pop, se imaginó cantando con su tío en la sala, sintiendo la fuerza de su amor y fe en su propia valentía. Antes de darse cuenta, Gigi había cantado toda la canción. Cuando terminó, hubo un breve silencio mientras la gente miraba con asombro. Luego, todo el auditorio se puso de pie, aplaudiendo por su voz bellísima.
Gigi sonrió. Había superado su miedo, y eso era todo lo que quería. Pero, unos minutos después, el Sr. Kim anunció a todos que ¡Gigi había ganado el primer lugar! Ahora era su turno de estar sorprendida.
“Mija, estoy tan orgulloso de ti. ¡Eres increíble!”, exclamó su tío. Gigi corrió a sus brazos para recibir un abrazo gigante.
“Gracias, tío”, respondió.
Gigi se fue a casa esa noche con un poco de brillo extra: un ramo de flores, un vestido nuevo y un trofeo brillante de primer lugar. Pero el mejor premio fue que había encontrado su voz. No necesitaba pensar como una estrella de pop. Todo lo que necesitaba hacer era imaginar a la persona que amaba más en el mundo para encontrar su fuerza.
El fin.
Gracias por escuchar “Gigi encuentra su voz”, escrito y narrado por Lorena Romero. Esta fue una grabación de LibraryCall.