Cartas de las hadas
Audio Type:
story
Language:
English Title:
Letters From the Fairies
Audio File:
Duration:
7:54
Transcript:
Este cuento se llama Cartas de las hadas escrito por Anna Suarez. Este es un cuento original y una grabación de LibraryCall.
Había una chica llamada Ariel que vivía en una granja al final del Camino Lavanda. Detrás de la granja había un arroyo. A Ariel le encantaban los calurosos días de verano, recogiendo frutas frescas y saltando por las rocas del arroyo. La naturaleza siempre estuvo a su alrededor.
Una luminosa mañana de verano, Ariel se despertó y escuchó a su madre llamarla. “¡Es hora de desayunar, querida!”
Ariel podía oler el dulce aroma de los panqueques, su desayuno favorito. Comió con su madre y cuando terminó, su madre dijo: "Mija, favor de podar las flores del jardín".
A Ariel le encantaba podar las flores. Recogería las rosas frescas, las azaleas y los jazmines. Pero ese día sucedió algo extraño en el jardín. Ariel notó un pequeño sobre en medio de un capullo de rosa.
Ariel siempre fue una niña muy curiosa, así que abrió el sobrecito y encontró una carta dirigida a ella misma.
Querida Ariel,
Aunque no nos veas, te vemos todos los días. Nos encanta cómo te diviertes en el jardín. Solo tenemos una solicitud: guarda algunas flores para nosotros. Dependemos de tener flores para hacer nuestra ropa y nuestras casitas. Esperamos que esta bolsita de polvo mágico te traiga felicidad.
Con Amor,
Las Hadas del Camino Lavanda
Ariel no podía creer lo que veía. Corrió a su casa y le mostró la carta a su madre.
Su madre le contaba historias sobre las cartas de hadas que ella misma había recibido cuando era niña. A medida que crecía, la madre de Ariel había dejado de escribirles a las hadas, pero siempre permanecieron en su corazón. Siempre había sabido que las hadas le escribirían a su hija y que la magia pasaría de generación en generación.
Ariel continuó escribiendo a las hadas, compartiendo relatos de sus aventuras en el jardín. También les dejó flores y miel, esperando que algún día la visitaran.
La madre de Ariel le contó a su hija cómo animar a las hadas a visitarla. Ella dijo: "A las hadas les encanta el agua, las cosas brillantes, el azúcar, los dulces y las mariposas".
Ariel y su madre tenían un gran arbusto de las mariposas. En el verano, docenas de mariposas volaban alrededor de las flores, deteniéndose para probar el polen. Junto al arbusto, colocaron una pila para pájaros llena de agua fresca. Rodeando el arbusto y la pila para pájaros, colocaron canicas, espejitos, pequeños cristales y diminutos pasteles. Ariel no podía esperar a ver a las hadas. Esperó pacientemente en el jardín, leyendo su libro, esperando ver un hada volando mientras leía.
Día a día, Ariel esperaba a las hadas. En sus cartas le aseguraron que algún día la visitarían.
El verano pasó rápidamente y solo quedaba una semana antes de que comenzaran las clases. El clima se enfrió con la brisa de septiembre. Ariel salió de su puerta, esperando encontrar una carta de las hadas. No podía creer lo que vio ante sus ojos. El cielo era de una rosa brillante y grandes rayos de sol se reflejaban en las flores. Ariel vio hermosas criaturas volando por el cielo. Al principio pensó que eran mariposas, pero pronto se dio cuenta de que eran hermosas hadas que volaban. Susurraron: "Hola Ariel, estamos muy contentos de conocerte."
Ariel se sentó en el jardín durante lo que parecieron horas, mirando a las hadas bailar y cantar. No podía dejar de sonreír mientras la rodeaban, riendo y divirtiéndose. A medida que el día se hizo más frío y el sol se puso, las hadas se despidieron de ella. "Hasta pronto, Ariel", dijeron.
En las siguientes semanas, Ariel pensó a menudo en las hadas y su experiencia mágica. Finalmente, comenzó el nuevo año escolar y la maestra de Ariel instruyó a los estudiantes para que mostraran a la clase un recuerdo que representara su verano. Los estudiantes trajeron conchas marinas, recuerdos de sus viajes y cosas con las que jugaron afuera.
Ariel no podía esperar su turno. Mostró a la clase las cartas y el polvo de las hadas. Les contó sobre el día mágico en que los conoció en el jardín. Ariel esperaba que sus compañeros y amigos se sorprendieran con sus cartas, pero en cambio, se rieron de ella.
Comenzaron a gritar: "¡Las hadas no son reales! ¡Las hadas no son reales! ¡Las hadas no son reales!"
Después de la escuela, Ariel corrió a casa y lloró mientras le contaba a su madre lo que habían dicho los niños en la escuela. La madre de Ariel la abrazó y le dijo que ignorara lo que decían los niños y que siguiera creyendo en cosas mágicas.
Ariel empezó a dudar de haber visto a las hadas. Consideró la posibilidad de que su madre hubiera escrito las cartas. Ariel estaba tan triste que se fue a la cama sin cenar esa noche. No quería dejar de creer, pero los niños de la escuela estaban tan seguros de que las hadas no existían.
A la mañana siguiente, Ariel caminó hacia la escuela sintiéndose derrotada. No quería enfrentarse a los niños de su clase. Pero entonces, para su sorpresa, en una de las flores de hortensias a lo largo de su camino, vio una pequeña carta con su nombre.
Querida Ariel,
Por favor, no dejes de creer en nosotros. ¡Siempre creeremos en ti!
Con amor,
Las hadas del Camino Lavanda
Los ojos de Ariel se llenaron de lágrimas. Sostuvo la carta cerca de su corazón. No importa lo que dijeran los demás, ella nunca dejaría de creer en las hadas.
Este cuento fue Cartas de las hadas escrito por Anna Suarez. Este es un cuento original y una grabación de LibraryCall.