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El Oso, La Mona, y El Cerdo (The Bear, the Monkey, and the Pig)

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El Oso, La Mona Y El Cerdo Erase una vez un oso que llevaba muchos años ganándose la vida bailando en las plazas de los pueblos y las ciudades. Sobre todo los días en que se celebraba algo o había fiesta mayor. Sus amos tocaban el tambor mientras el bailaba, le hacían dar unos pasos aquí para allá y mientras el bailaba, pasaban la gorra entre el publico para que la llenasen de monedas. El publico lo admira atentos, y le aplaudían, así fue como el animal llego a creer firmemente que era un gran bailarin.

La sirenita

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Este cuento se llama La sirenita, escrito por Hans Christian Andersen, y traducido y leído en Español por Lorena Romero. Esta es una adaptación y grabación de LibraryCall. En el océano, donde el agua es profunda y tan clara como un cristal, el Rey del Mar gobernaba su reino submarino. Este reino estaba lleno de flores y plantas oceánicas hermosas, y peces magníficos. En la parte más profunda y bella del mar estaba el castillo del Rey. Los muros del castillo eran hechos de coral y el techo estaba formado por conchas que se abrían y cerraban con el fluir del agua.

El osito y el puercoespín

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Este cuento se llama El osito y el puercoespín, basada en Los cuentos del oso Cuffy de Arthur Scott Bailey. Esta es una adaptación y grabación de LibraryCall. Este cuento comienza el primer día de primavera, cuando la nieve se estaba derritiendo, las flores estaban floreciendo y los pájaros cantaban. En su cueva, una mamá oso se despertó. Se puso de pie lentamente. Sus huesos se sentían rígidos porque había estado durmiendo durante mucho tiempo. Y ella tenía hambre, ¡tanta hambre! No había comido nada durante meses.

Felicia y las Clavelinas Rosadas (Felicia and the Pot of Pinks)

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“Felicia y las Clavelinas Rosadas” Había una vez un pobre trabajador, que cuando sabía que no le quedaba mucho de vida, deseo dividir sus posesiones, entre su hijo e hija, a quien amaba tanto. El los llamo, y les dijo, “su madre me trajo como dote cuando nos casamos dos banquitos de madera, y una cama de paja. Aparte de eso, tengo una gallina, una maceta de clavelinas rosadas, y un anillo de plata, quien me lo regalo una señora de una familia noble quien se hospedó un día en mi cabaña.

La Rana (The Frog)

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“La Rana” Había una vez una mujer con tres hijos. Y aunque ellos eran campesinos, vivían bien de sus tierras, la cuales producían ricas cosechas. Un día, los hermanos le dijeron a su madre que les gustaría casarse. La madre les contesto, “Hagan lo que quieran, pero asegúrense que elijan una mujer que sea buena ama de casa, y conozca cómo cuidar de sus negocios. Tomen cada uno de ustedes estas madejas de lino y llévenselas a las que escojan para sus esposas.

La lechuza y el saltamontes

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Este cuento se llama La lechuza y el saltamontes escrito por Esopo. Esta es una adaptación y grabación de LibraryCall. Las lechuzas siempre duermen durante el día. Después de la puesta del sol, cuando la luz se desvanece del cielo, las lechuzas se despiertan. Emergen de los árboles, parpadean con sus grandes ojos y vuelan hacia el cielo nocturno.

El niño que quería más queso

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Este cuento se llama "El niño que quería más queso”, un cuento de Holanda escrito por William Elliot Griffis y leído por Daniel Fernando. Esta es una adaptación y grabación de LibraryCall. Klaas era un niño holandés que vivía en una granja con muchas vacas. Siempre tenía buen apetito, y su madre decía que su estómago no tenía fondo. Su cabello era el color de camote, y se ponía un par de zapatos de madera que hacían un montón de ruido cuando corría rápido para atrapar un conejo, o cuando caminaba a la escuela en el camino de ladrillos.

La Gallina Roja

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“La Gallina Roja” La Gallina Roja vivía en corral de una granja. Pasaba casi todo su tiempo buscando lombrices. A ella le encantaba comer lombrices, gordas y deliciosas, y pensaba que eran absolutamente necesarias para la salud de sus bebes pollitos. Cuando encontraba una lombriz ella los llamaba. Cuando ellos venían, ella despedazaba la lombriz en cachitos y se los repartía. Ella si andaba muy ocupada. El Gato, que flojamente dormía junto la puerta de la granja, no se molestaba en asustar al Ratón quien corría por aquí y por allá, por todos lados a su gusto.