Caperucita roja
Audio Type:
story
Language:
English Title:
Little Red Riding Hood
Audio File:
Duration:
4:45
Transcript:
Este cuento se llama Caperucita Roja, escrito por Charles Perrault, traducido por Madeline Walton-Hadlock y leído por Lorena Romero. Esta es una grabación y traducción de LibraryCall.
Érase una vez una niña dulce que amaba mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba tanto como podía, y por ser una niña tan buena, su abuela le regaló una capa roja para su cumpleaños. Pronto, toda la gente comenzó a llamarla Caperucita Roja, ya que amaba tanto a su capa que se la ponía a dondequiera que iba.
Un día, la abuela de Caperucita Roja, quien vivía en el bosque, se enfermó. La madre de Caperucita le pidió que le llevara una canasta con pan y un tarro de mantequilla a su abuela. Caperucita Roja, con mucho gusto, aceptó.
“Escúchame muy bien, quédate en el camino y nunca hables con extraños”, le dijo su madre.
“¡Sí, mamá!”, dijo la niña.
Caperucita iba caminando por el bosque tranquilamente, cuando de repente un lobo enorme la vio y se le acercó.
“¿Adónde vas, niñita?”
Caperucita Roja recordó que su mamá le había advertido que no hablara con extraños, pero el lobo parecía muy amistoso.
“Voy a la casa de mi abuela a traerle pan con mantequilla,” dijo Caperucita. “Ella vive al final del camino.”
“Bueno”, dijo el lobo. “¡Que tengas buen día!”
“Adiós, Señor lobo”, ella respondió.
El lobo entró en el bosque y corrió hacia la casa de la abuela antes de que Caperucita Roja pudiera alcanzarlo.
Cuando llegó, el lobo fingió ser la niña y tocó la puerta. Pero él no sabía que un cazado lo estaba mirando.
“¿Quién es?”, contestó la abuela.
“Soy yo, Caperucita”, dijo el lobo.
“Muy bien, hija mía. Pasa, pasa.”
El lobo entró. Inmediatamente, se le aventó encima a la abuela y se la comió de un bocado. El lobo se puso un camisón de la abuela y se metió en la cama para esperar a que llegara Caperucita Roja.
La niña se tomó su tiempo en el bosque, recogiendo flores y mirando a los pájaros, por lo que se tardó un poco más en llegar. Cuando finalmente llegó, tocó a la puerta de su abuela.
“¿Quién es?”, contestó el lobo suavizando su voz.
“Soy yo, Caperucita. Te traigo pan y mantequilla.”
“Muy bien, hija mía. Pasa, pasa.”
Cuando entró Caperucita Roja, notó que su abuela se veía muy rara, quizás porque estaba enferma.
“¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!”, dijo Caperucita.
“Sí, son para verte mejor, mi querida.”
“¡Abuelita, qu é orejas tan grandes tienes!”
"¡Por supuesto, son para escucharte mejor!"
“Pero abuelita, ¡qué dientes tan grandes tienes!”
“¡Son para comerte mejor!”
Tan pronto como dijo esto, el lobo saltó de la cama, se le aventó encima a Caperucita Roja y se la comió. Su estómago estaba tan lleno que se durmió.
En ese momento, el cazador que había visto al lobo entrar a la casa de la abuela comenzó a preocuparse. Había pasado mucho tiempo y siendo un lobo… ¡Dios sabía qué podría haber sucedido! Entonces, el cazador decidió asegurarse de que la abuela estaba bien. Cuando entró a la casa y vio al lobo con la barriga llena, se imaginó exactamente lo que había pasado. Tomó un cuchillo y abrió la panza del animal para liberar a Caperucita Roja y a su abuela.
"Este lobo peligroso debe ser castigado", pensó el cazador.
Entonces llenó la panza del lobo con piedras y lo volvió a coser. Cuando el lobo se despertó de su siesta, tenía mucha sed, así que se acercó al arroyo. Tan pronto como inclinó la cabeza para tomar un trago, ¡zas!, se cayó al agua y se ahogó.
Caperucita Roja y su abuela le agradecieron profusamente al cazador por salvarlas. Caperucita Roja prometió escuchar los consejos de su madre y tener más cuidado con los extraños en el futuro.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Gracias por escuchar Caperucita Roja, un cuento escrito por Charles Perrault, traducido por Madeline Walton-Hadlock y leído por Lorena Romero. Esta fue una grabación y traducción de LibraryCall.