Spanish

El dragon que no queria rugir

Audio File: 
Transcript: 
El dragon que no queria rugir En un bosque muy verde, donde los árboles eran altos y las flores olían a chicle, estaba a punto de comenzar algo especial: el primer día de clase en el Colegio de los Bosques Encantados. Brunilda, una brujita con trenzas moradas y un sombrero que se caía al caminar, corría entre las hojas. —¡Voy a llegar tarde! —gritó, mientras su varita soltaba chispas. Aniuska, la princesa del Reino de los Días Claros, venía caminando despacito. Llevaba una mochila con estrellas y una corona un poco torcida. —Hoy no quiero ser perfecta.

El secreto de rio claro

Audio File: 
Transcript: 
Silvia vivía en un pueblo pequeño rodeado de montañas. Le encantaba correr y jugar, pero cuando alguien le hablaba de estudiar, fruncía la nariz. —Los libros son aburridos —decía siempre. Su mejor amigo era Alex. A él no le gustaba preguntar mucho; solo repetía lo que escuchaba sin pensar demasiado. Un día, mientras jugaban cerca del río, Silvia escuchó un murmullo suave. —¿Lo oíste, Alex? —preguntó con los ojos muy abiertos. El agua brillaba entre las piedras como si el sol hubiera caído dentro. Entonces, una voz clara salió del río. —Bienvenidos, Silvia y Alex.

El mono y el cangrejo

Audio File: 
Transcript: 
Este cuento se llama “El mono y el cangrejo”, una adaptación de la fábula japonesa llamada “La batalla del mono y el cangrejo”, escrito por Ryan Aoto y leído por Daniel Fernando. Esta es una grabación y traducción de LibraryCall. Un día, un mono caminó hacia la orilla de un río. Ahí vio a un cangrejo sosteniendo un omusubi, una golosina muy deliciosa que es una bola de arroz envuelta en alga. Su primer pensamiento fue correr hacia el cangrejo y robarse el omusubi, ya que tenía hambre y era muy codicioso. El cangrejo era mucho más pequeño que el mono, así que debería de ser fácil.

Buena suerte, mala suerte, quien sabe

Audio File: 
Transcript: 
¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe! Érase una vez un granjero anciano cuya mayor posesión en la vida era un caballo con el que trabajaba la tierra. Un día, olvidó cerrar las puertas del establo y el caballo escapó hacia la montaña. Los vecinos del granjero acudieron a consolarlo: —¡Qué mala suerte tienes! Has perdido tu caballo en pleno tiempo de cosecha—le dijeron—. Quedarás en la ruina. El granjero respondió: —¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe! Una semana después, el caballo regresó de la montaña con una manada de caballos salvajes. Los vecinos llegaron a felicitarlo.